A
mi jardín le han nacido algunas
rosas
nuevas, todas tienen su razón,
cada
cual goza de su color; es corazón
de
tiempo y silencio entre dunas.
Sus
brumas esponjan todas mis rosas,
ellas
por hermosas, ocupan mi pasión,
mis
gozos; verlas crecer sin abnegación,
es
belleza de madurez sin alharacas.
Todo
crecimiento es maduración
que
precisa de silencio y reposo,
sin
campanas, con ciencia y rectitud.
Espacios
de orden y quietud, adhesión
a
los mantiales del valor talentoso,
por
acotación de toda reflexión.
©
Jcb