Todo
caminar exige vivir, ser
para
saber ver todo el camino que
debemos
andar, la senda que abarque
la
exploración de todo acontecer,
por
ser la unidad la huella a merecer,
donde
el elogio del camino actúe
como
broche de la razón, cual el bosque
del
ser, en el que cada día debe nacer.
Caminar
el sendero de la vida,
es
razón de ser, ley de aquella
misión
que deja huella, encomienda
de
la existencia humana que aborda
la
sucesión por generación, cual hebilla
que
cose la unidad acantilada.
©
Jcb