De
común no somos conscientes, pero
al
árbol de nuestra vida, no tiene
fecha
cierta, su vida contraviene
en
perdidas de fortaleza, empero
sus
ramas y hojas con brillo alero
hace
demudar aquello que viene,
quien
cambiando la faz en popa, drene
con
verdad toda la vida en vero.
La
vida es intranquilidad, más no
por
ello las campanas deben repicar,
el
camino son horas de la muda
noche,
cuyo bermellón día es tierno
tronco
temporal, con conciencia afincar
el
cultivo del leño de vida buda.
©
Jcb