Sonríen
por sus alforjas, son los menos,
de
común gran parte de ellos son monte
pelado,
sin oficio, son escaparate
del
analfabetismo social; ganarnos
no
buscan con sus sonrisas, sí abatirnos;
sus
sarcásticas pruebas son el baluarte,
dan
fe de su escaso valor, su batiente
seco
y vacío de honor, son abono
al
desierto de reflexión, por torpeza
de
ánimos y ausencia de razón.
Sus
alforjas van llenas gracias al sudor
ajeno,
las que se mantienen por mor
de
la felonía que a diario practican,
sus
falacias están por todos los rincones.
©
Jcb