El
silencio no es la ausencia de
ruido,
es el estado de emoción
interior,
aquel que paseas con la acción
de
tu yo, donde construyes el ábside
de
tu ser; con luces y sombras, acorde
con
las cantatas de tu interior; atracción
de
toda reflexión, luz y tinieblas, son
las
penas y gozos que dan acomode.
Silencio,
alacena de batallas
y
tormentas, custodio de los fuegos
del
corazón, donde el día y la noche
copan
la ductilidad que acaudillas,
cuando el alojo del yo son apegos
de
batallas de la razón que abroche.
©
Jcb