No
importa la luz exterior, cuando
la
oscuridad reside en tu interior,
con
necesidad o sin ella,
la
luz es obligación de tu razón
La
luciérnaga que ilumina tu yo,
está
sustentada por los pasos de tu ser,
tu
reflexión es lo que acrecienta
el
foco que ilumina tu caminar.
La
razón, es el tiro de tu carro y de los que contigo van,
ellos
penden de tu fuerza motriz,
no
camines con “orejeras”, ellas limitan tu campo de visión.
©
Jcb