lunes, 25 de agosto de 2014

Soneto III






Como todo bicho vivo, hasta llegar
a la vida adulta, es alegre,
febril, su color pende de su sangre,
cual su adultez, herencia de su abrigar.

Como todo lo viviente, su amainar,
está sujeto al tiempo y sabia cofrade,
adulta será cuando se consagre,
su belleza le obligará a abnegar.

Alcanzará el otoño de la vida,
sus venas, color y tonos de su piel
cambiarán, nueva vida gozará.

Se arrugará con el viento de la vida,
aún así dulzura dará cual cañamiel,
con su mutación en estiércol devendrá.




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