Transitar por los caminos de la paz,
es un río que te lleva a un mar lleno
de tempestades, a las que de pleno
debes hacer frente sin más antifaz.
El espejo refleja tu faz, capaz
de sortear y crear el veneno
de aquello que tu imagen hace bueno,
cuyo imperio es la certeza más rapaz.
Moverse en la vida exige notable
donaire, arrojo, desafío y sueño
fugaz para los ojos no condenar.
Sólo en lo humano reside la maldad,
no hay crueldad lícita, toda ilicitud
es ajena a la razón y su equidad.
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