Desiertos abrasadores exigen
sabiduría y tesón, erudición
para saber sortear la ebullición,
evitado actos opuestos que afligen.
Persistir en lo efímero da origen
a lo refractario sin otra acepción
de su singular yo, sin más oración
que la sinrazón e ideas que rigen.
Quedarse en el delirio abrasador,
es retorcer la vida propia y ajena;
hacer mal es voluntad de alimaña.
Vivir la visión del adulterador
es aliarse al pacto de abyecta hiena,
que ríe y mata al vencido y cabaña.
© Jcb
La historia crea la acuñación del yo
lo que se distingue de ese aquel otro
yo que se opone o complementa a esotro,
cuyo yo también lucha en ser otro yo.
Soy en el tiempo y el espacio y siendo tomo
tu identidad y en ella reconozco
tu ser en plano de igualdad, conozco
tu ser y estar como estampa de tu yo.
Sólo el reconocimiento en igualdad
puede proporcionar a la humanidad,
la honestidad de lo uno y lo múltiple.
El oficio de vivir pide unidad
cuya imprimación de espacio es soledad,
forja del yo uno y plural, incluso el nos.
Jcb
Si soñar quieres con ojos abiertos
debes marchar, la luz de las estrellas
sólo es nocturna y en las noches más bellas,
toma el paso firme cual rayos ciertos.
Podrías ser mariposa y abrir puertos
de colores, donde brillen aquellas
noches de amor con sus dulces querellas,
y liadas greñas en días inciertos.
Esa ristra son cantores de tiernos
pulmones que resolutos entonan
matinales melodías rítmicas.
Anhelar puede ser, para atenernos
a fantasear las glorias que abonan
los dulces ritmos de voces áuricas.
© Jcb
Tomo mis silencios no como estados
emocionales de gobierno, es razón
que se antepone a instancias del corazón,
juicio que mide los acantilados.
Silencios de mi espacio cual callados
tiempos en calma, quienes dan trabazón
de gobierno entregado a la ligazón,
sin turbación de días acotados.
Los gritos del silencio son callados
actos de mando y causa sin cerrazón,
cuyo lenguaje y orden es tiempo interior.
El silencio es quien alienta acopiados
momentos incandescentes de armazón
creador, de soledad y obra ulterior.
© Jcb
A ti que habitas entre sus estrofas
Sus ojos declaran su vida interior,
dulce, atenta e inteligencia natural,
sin artificios, goza de una plural
capacidad de acción en vida exterior.
Nada cuestiona, carece de ulterior
razón, vive sin sombras, su escultural
ser y hacer es de suficiencia coral,
de verbo fluido y directo, superior.
La forja de su ser y estar radica
en el Olimpo de los Dioses, lugar
donde habita la verdad y honestidad.
En los tiempos y espacios se sindica
su nobleza y verdad, gente no vulgar,
sin subyugar, su conducta es anidad.
© Jcb
En la apelación a mi sentimiento
se adormece en el corazón que late
cien por uno, donde su escaparate
es la frente abierta al paso que aliento.
Quizás la oscuridad sea alimento
refugio del alma y en precio abarate
el costo en la reflexión, acicate
del libre albedrío con cata y acento.
Para estar, hay que ser, cuyo combate
demanda la pulcritud y firmeza,
de quien desde su libertad afirma
principio vital de ser, cuyo embate
no deja ser otro que la certeza
de la licencia del yo que la firma.
© Jcb
A Norma González Peralta
Cual mariposa volteas tus gasas,
las que haces volar, con tu bello girar
de pies, creas armonía de admirar,
con trazos de brazos y cuerpo amasas
belleza de luz y colores, brasas
de emociones en acción para inspirar
quiebros y sombras con los que desairar
el viento y con fuerza airear las masas.
Más allá de las luces y bondades
creas espacios de ritmos con danzas
azarosas que tiñen la claridad.
Tu dictado al danzar son oquedades
en vendaval de tiempos con bonanzas,
luces de emoción y velos de deidad.
© Jcb