La existencia

Tomo mi existencia como un acto de

licencia de la vida y su naturaleza;

amo la vida por amor a su aspereza,

nada es dado por tibieza, su enrole

pide disciplina, orden y acomode,

toda existencia, tiene su certeza,

razón, rumor, aliento y cabeza

donde asentar excusa que anide

la verdad en armonía con belleza,

donde la honorabilidad tome

asiento, cuyo contrafuerte sea

la reflexión por propia agudeza,

donde el bien hacer sea aplome

del ser, éxtasis del vivir Atenea.

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Pasión

Pasión sin razón es abismo, es vacío,

delirio, lesividad de la integridad,

negación del tiempo y toda verdad,

pasión doliente de la vida es desprecio

de la vida misma. Pasión es aprecio

activo del ser y el vivir, actividad

de toda la humanidad, cual unidad

con posicionamiento como precio

de todo acto de reflexión, condición

de la humana razón, como valor

de la causa de todo sujeto en acción.

No hay más pasión que la aclamación

de la razón, la justicia con honor,

el respeto al otro como oración.

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XXVII

El tiempo son sensaciones cuando el

transitar es disfrute del camino,

quien a su vez deja huella de lino,

cuna indeleble de tu ánima bajel.

Procura en tu vida ser timonel,

ello, con agregación y justo tino,

el que te convierta en ser de fino

y justo vino con dulce aguamiel.

Haz de tu vida pasión, siendo unidad

en la pluralidad que te sostiene en

la diversidad, ella te hará agregar.

No te quiero busto parlante, agilidad

es una cualidad física y mental,

la suma de humanidad abrigar.

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Extrañezas

Habito en mi extrañeza con alas

de halcón peregrino, oteando

el sombrío valle, donde abanderando

su limpieza natural, las abubillas

gozan de libertad, para abrir las

limitaciones de las bollas del bando

de los humanos, quienes biselando

la vida propia, niegan las mochilas

de la invasora hierba del valle, que

aún con certeza goza de su hacer,

con llanto por la vida de la cañada.

Son aduanas que impiden todo aboque,

manumisión que lisiando amanecer,

cercena con fortificación la mañana.

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Melancolía

No toda mi melancolía está en

mi interior, de lejos me es enviada,

se incrusta por los poros de mi amada

razón, alojada en mi yo, esparcen

mi aflicción por todo mi yo, abotonen

mi tormenta interior, cual paz ganada;

son sortilegios de la razón, abogada

de la reflexión, como acto aborigen.

Sólo actos de amor, como justa

ley del intelecto, son capaces de

superar los límites de la encerrada

alma inquieta, que se pellizca y agita

cual afta al honor. Jaula de saudade

como molde de pudor acrisolada.

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VII

Se dueñ@ de tu destino, así podrás

vivir y ser libre. No quiero que andes

mi camino, deseo que tú valores

la senda que debes recorrer, verás

lo que exige la libertad, andarás

todos los caminos, sin más bagajes

que tu libre albedrío, vida y mojones

de principios con verdad y armonías.

Toda vida tiene sus razones, nada

te puede impedir tus reflexiones, tu

libre juicio debe sustentarse en

basamentos de ética personal,

son los contrafuertes que generan

el ímpetu de sinceridad y bien.

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Sueños son

Cada día es un carnaval, los sueños

acuden al festín de colores, son

ofertas de ilusión que gozan de blasón,

hechos de ficción de los lugareños.

Son proyectos de ilusión de norteños

y sureños, juicios de valor, diapasón

cual ábaco de razón con fijación,

por enmascarada vida de moños.

Fronteras del silente mundo interior,

quien genera su quimera personal,

que al despertar evapora adhesión.

Jamás abolengos germinaron, inferior

acción, la recreación fue condicional,

cual humana quimera de ensoñación.

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