Cae la hoja del calendario y se abre
la joven oferta, late la nueva
criatura, su primavera renueva
la vida que intuye, vive y descubre
la vivencia del germen que reabre
todo alfaguara del ser, quien conlleva
la superación de egos, cuya cueva
es refugio de la noche en su urdimbre.
Su conjura es la traza de agitación
que promueve aquel cambio y distorsiona
la ecuanimidad que busca la justa
palabra, para fijar la aspiración,
de la memoria que ondula y emociona
la acción del tiempo que se abre y degusta.
© Jcb