No
lamentes ni justifiques nuestros
dolores,
forman parte de la vida,
el
transcurrir de los días, son mida,
limitaciones
de nuestros calostros.
Con
los limites de nuestros balastros
observa
y medita la amanecida,
ella
nos dona materia que anida
en
nuestro yo fijando marca y rastros.
Cultiva
la palabra en concordancia
con
los hechos, donde tu vida atienda
justa
causa de belleza y armonía.
Que
nada te torture, la observancia
de
dictados éticos, es molienda
que
se atiende y extiende sin atonía.
©
Jcb