Sólo
el tiempo, pone a cada cual
y
a cada quien, en su sitio, así
el
olvido es saludable, cuasi
tierno
para el espíritu, manual
para
el cuerpo, a quien le es textual
todo
labrar y hojear, éxtasis
tal
que todo latir es perífrasis
de
su existir, viviendo vida gradual.
Así,
tiempo y olvido es vida
saludable,
tanto para el cuerpo
como
para el espíritu, razón
justificada
y abastecida
de
vivencia, de masa que extirpó
todo
sopor del ánima in reflexión.
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