Pudo
ser, mas no lo fue, la distancia
y
el tiempo, no lo hicieron posible.
Aún
así no dejó de zaherir, fue
su
elección nada le obligaba, había
agresión
en su palabra, que ejercía
con
denodada pulsión, sin achique,
su
campo de acción era el bosque
mutilado,
con elección su obra abría
los
tiempos y espacios donde hacer
leña
del árbol caído, deshojar todo
brote
de vida era su mejor acción.
Nada
le era ajeno, abastecer
cualquier
diferencia era su campo
abonado
para enjaular la razón.
©
Jcb