Nuestros
hechos son el silencio de nuestro
interior,
la acción de nuestra razón, cuyo
tamiz
es la reflexión, medio y rayo
de
luz que ilumina la vida, metro
de
ponderación de la vida, arbitro
como
medida del yo, capisayo
por
el que revestimos el apoyo
de
cuanto somos, dominio de claustro,
donde
el hacer es ejemplaridad
de
la gestión de todo lo humano,
que
por acciones e ideas son hijas
del
alma por mayor nivel de beldad,
con
perfectas hechuras del cuaderno
personal
del deber sin zarandajas.
©
Jcb