Porque
soy lo que soy,
soy
y me manifiesto tal cual soy
y
soy lo que soy conforme a lo que fui ayer,
de
donde nace lo que seré,
ya
que siendo, soy el ser que seré,
lo
que me hará permanecer siendo,
por
lo que seré, lo que en cada instante soy;
allí
donde quiera que esté,
lo
seré tanto en cuanto aquello que fui,
siga
siendo lo que siendo lo que soy,
ya
que soy herencia y consecuencia de mi ser,
por
lo que siendo me proyectaré,
en
todo aquello que mi herencia
y
circunstancias me hicieron ser,
pues
el ser es forja de lo que siendo serás,
para
seguir siendo tu propio ser.
Nada
soy sin haber sido mi propio ser,
pues
mi ser se acredita en toda ocasión
conforme
a mi posibilidad de ser,
mi
ser se une a mi unidad,
insertado
en la pluralidad que mi ser es,
diversidad
que no podría ser,
si
antes mi unidad no es.
Así,
soy tanto en cuanto fui, soy y seré,
lo
que seré conforme a mi deber de ser,
ya
en mi unidad de ser,
ya
en mi heterogeneidad de ser,
lo
que en ningún momento podré dejar de ser.
Y
por cuanto que lo que importa es vivir siendo,
no
quiero vivir sin ser.
Toda
vez que no soy titular de mi naturaleza,
es
el único haber de mi ser,
siendo
un conjunto disgunto de limitada naturaleza,
por
ser el continente de mi ser, limitado en su ser,
por
tal, siendo como es,
es
ajeno al contenido de mi ser,
ya
que siendo, no hay momento que deje de ser.
Así,
el continente es ser y, en cuanto tal,
es
albergue de mi contenido ser,
que
per se goza de su propio ser,
el
cual se proyecta siendo, para llegar a ser,
obvio,
ello es así porque no deja de ser
en
cada instante de su ser.
©
Jcb