Mi voz
grita a ritmo de injusticia,
es el
oxímoron de los mártires
que de
camino quedan, son urdimbres
de la
verdad que a tiras aparecía.
Mi voz
es el vuelo que el águila uncía
en su
elevación, por otear los alambres
en
conjunción con tantos alanceadores,
alevosos
de verdad y rapiña que vacía.
Mi voz grita en el espacio/tiempo,
demandando
verdad, paz y justicia,
acierto
y luz de armonía en acción.
Mi voz
clama en el estéril desierto
de
ciudadanía, que en su día florecía,
a la
que todos acuden y maltratan.
©
Jcb