A doña Caridad Castillo Blanco
Es la vida el duro batallar,
para al final la partida perder.
No importa, somos conscientes del fenecer,
pero en tanto llega la clausura del estar,
todo respirar está sometido al batallar.
Es vital el hacer en pos de la búsqueda
cual felicidad personal y de los que contigo van.
Es hora de despertar, saber hacer de la finitud,
la infinitud preñada de partículas de felicidad,
saber que la humanidad arrastra desde su origen,
la historia generacional, la que recibes por sangre
y por sustratos culturales, de los que debes entregar
el testigo crecido de paz y felicidad.
Con salud o sin ella, nuestra vida limitada está,
pero jamás debemos olvidar,
que somos y vivimos partidos en dos.
Nuestro cuerpo y nuestro yo,
quien cesa cuando termina el espacio albergador.
Pero aún así la lucha no debe cesar
y con ello las limitaciones superar.
Tus ancestros y tus sucesores lo demandan.
La vida debe ser gestionada por cada cual,
en paz, amor, felicidad y honorabilidad,
hasta el instante final.
© Jcb, 06/2013