A doña Maricarmen Salinas Ortiz
El mar, la mar, tu línea horizontal,
allí, donde los espacios se juntan,
son los ojos los que extensión acortan,
el silencio en la inmensidad ambiental.
Ambos te cobijan con dación brutal,
a tu libertad razón demandarán,
su calma respeto y fuerza alientan,
su alimento y protección es letal,
si careces de la debida honra.
Sus embrujos te tomarán, y orden
demandarán con genital decoro.
Su dimensión te otorga luz y color,
le acompaña el firmamento, la luna,
el sol, y su trascendencia de unidad.
© Jcb, 06/2013