domingo, 14 de octubre de 2012

Los pares contradictorios





Si mis palabras te enojan,
¿por qué te molesta mi silencio?.

Si mi ausencia no produce vacío alguno,
¿por qué reclamas mi presencia?.

Si me consideras positivo,
¿por qué dices que soy un desastre?.

Porque no soy un “cocinillas”,
¿me consideras dependiente?.

Si me reclamas la palabra,
¿por qué la maltratas cuando la empleo?.

Si me reclamas cercanía y calor,
¿por qué en todo instante estas ausente?.

Si consideras que soy un “manitas”,
¿por qué te molestan mis acciones?.

Si consideras que la cuestión es de doble dirección,
¿por qué razón sólo conjugas el yo?.

Si el enamoramiento, entre otras cosas, es la admiración y respeto de la otra persona,
¿dónde quedó todo ello hacia mi persona?.

Si quieres tenerme a tu lado.
¿por qué tanto vacío cuando estamos juntos?.

Si el sustento de la pareja, entre otras cosas, son los afectos, el respeto a los espacios comunes e individuales,
¿dónde quedó todo ello?, ¿por qué los afectos son absoluta frialdad y los espacios individuales son machacados?.

 
“Se necesita la tristeza para conocer la felicidad,
ruido para apreciar el silencio y,
ausencia para valorar la presencia”
(autor desconocido)





                                     Al socaire de ello, recuerdo a aquel que se marchó a comprar tabaco y aún no ha vuelto.
¡Una acertada idea!.



Marcharse sin alharacas y ausencia de ruido,
un buen hacer.