Los acarreos se alzaron logrando
la esencial suma para que los libros
cual gladiadores unieran sus cobros,
donde guardar silencio de lo amado.
Todas las veredas van abonando
el fin de la trazada, son los quiebros
de la vida y las gentes cuyos rubros
es verbo y luz del entorno aclamado.
Nada es ajeno a las partes que suman,
es la producción y puesta en servicio
de todo bien hacer sin espejismos.
Empeños de semillas que rezuman
y consuman las ansias del oficio,
donde insiste la razón sin abismos.
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