viernes, 2 de junio de 2017

El Abrazo





Todo abrazo encierra afecto,
reconocimiento, ese contento
de esperanza que sin lamento
gestiona todo encuentro, acierto
que se manifiesta con el acento
de vida y competencia, aliento
que genera belleza, cuyo viento
fuerza toda armonía, mudo manto
que facilita el hermanamiento
que gestiona la paz social, asiento
de la seguridad como cimiento,
que revela generación y canto
de verdad, que sin pesar, es talento
con brillos y felicidad de niño.

© Jcb


domingo, 28 de mayo de 2017

Con el tiempo, el olvido





Sólo el tiempo, pone a cada cual
y a cada quien, en su sitio, así
el olvido es saludable, cuasi
tierno para el espíritu, manual
para el cuerpo, a quien le es textual
todo labrar y hojear, éxtasis
tal que todo latir es perífrasis
de su existir, viviendo vida gradual.
Así, tiempo y olvido es vida
saludable, tanto para el cuerpo
como para el espíritu, razón
justificada y abastecida
de vivencia, de masa que extirpó
todo sopor del ánima in reflexión.

© Jcb






miércoles, 24 de mayo de 2017

XXXIV




En tu silencio jamás abandones
la idea de ser tesela, bastiones
de unidad, cual bellezas de mojones
por naturaleza plural, acciones
que fundan hermandad a borbotones,
donde lo humano crea filones
con las individualidades, dones
que trazan los plurales bastones,
que marcan los límites superiores,
cuyas condiciones de reflexión
son esas uniones de eslabones,
allí, son unidad, aquellos valores
de afinidad, de plural conexión
con bellos actores en emociones.

© Jcb





domingo, 21 de mayo de 2017

Soledad en compañía



A Juan Benito

El frío emocional gana intensidad,
la separación de cuerpos son tientos
de alejamientos, con cuyos vientos
son almas que vivencian la inmensidad.

Nada tiene de común la soledad,
que aún siendo deseada son cuentos
de la individual vida, esos actos
son ojeos del yo in jaula de unidad.

El individuo busca vivencias en
compañías, las que jamás son estancos
compartimentos, finitos espacios.

La pluralidad es génesis con orden,
motor de la inmensidad de los marcos
donde el yo logra sus puntos críticos.



© Jcb


martes, 16 de mayo de 2017

El deporte de mayor práctica entre los humanos



A Cristóbal Muñoz Alcántara


I
Sólo un deporte ha sido y sigue
siendo pacticado por los humanos
a lo largo y ancho de la tierra;
cualquiera que sea tiempo y lugar,
ello ha sido y sigue siendo dado:
en todas las razas, culturas y social
posición de los humanos, sin hacer
distinción alguna de credo, cultura
o capacidad económica, todas
las generaciones han practicado
y, en ello siguen todas las gentes:
LA MALDAD, como conducta de hacer,
ser y ver la relación con sus vecinos,
donde sólo importa su casta y su credo.


II
LA MALDAD humana ha sido y sigue
siendo, el comportamiento habitual
de todas las civilizaciones. De
todos los animales de la tierra,
sólo los humanos, tienen por deporte
matar a sus iguales. Por lo común,
primero se mata y después se buscan
las razones, cuando no las hay, se
inventan. Ya sean razones de credo,
lo que es una felonía, ya por cultura,
lo que es una falacia, ya por color
de piel, lo que es un acto criminal,
ya por cuestiones económicas o
territorial, lo que es una calumnia.


III
LA MALDAD, tiene muchos practicantes,
así, hay quienes son vocacionales,
otros inialmente ocasionales,
que de tanto ir a la fuente, rompen el
cántaro y se pasan al profesionalismo;
es decir, practican la maldad como
su modus vivendi, lo que es igual
a vivir del sudor ajeno, esquilmando
las arcas ajenas: sean privadas,
o públicas; para ello se servirán
de todos los medios a su alcance,
con fundamento principal en la
mentira, la traición y la calumnia,
por lo que se escudarán en lacayos.


IV
LA MALDAD también la practican aquellos
que aparentan ser buenas gentes, los
honorables ciudadanos, de brillos
sociales, que otros adoptándolos,
les nombran factótum, agrupándolos
en jefes de su administración, hilos
de representación que acotándolos,
dada su debilidad, al adoptarlos,
los hacen suyos y, agregándolos
a su haber, se alzan violándolos
con maldad, minan hasta agotarlos,
y, frente a delegantes elevarlos
como materia privativa de ellos,
virando acción, acuerdan abolirlos.

© Jcb




viernes, 12 de mayo de 2017

Fragancias





Son fragancias de la razón las que dan

los límites de la reflexión, donde

el buen juicio construye el molde

nominal de persona, allí anidan

los valores que tras cociones crean

la personalidad que cada día blande

el individuo, los trasiegos que anude

darán el ser y estar de todo deán.

Es educación, instrucción y cultura

el patrón de todas las fragancias

de la persona, ellas dan medida

del ser individual de cada criatura,

lo que es fruto social de culturas,

que se conforman con educación.



© Jcb




sábado, 6 de mayo de 2017

Me habita la penumbra




A Agustín Ortiz Herreros


I
Me habita y ocupa la penumbra
de la noche, el crepúsculo anuncia
el final del día, proclama y acucia
la valoración inicial que cubra
broche, quien cuantifica la palabra
acechando persecución, aducía
llamarada total que acontecía,
cual desideratum matinal, libra
la programación musical, que fuera
celestial imagen en mis pupilas,
donde une y arenga otoño tras la
la noche fenecida, quien trajera
reinado de la razón donde hilas
con el glorioso Bach en su capilla.

II
El crepúsculo que data el final
del día, brilla con su llamarada
de finitud que resuena amada,
cual atrona acorde adicional
de los sonidos, que en la matinal
madrugada, cruzan muros en cada
amanecida; gozan de almohada
los sentidos que rozan artesanal
producción, con remanso del otoño
de la vida, cuya armonía vive
en la imagen de pupila ya débil
por catarata, penumbra empañó
cristalino, que sin piedad active
todo ser que habita el día fabril.



Jcb