Los libros

Los libros son esos trastos que siendo

“seres vivos”, silenciosamente te

demandan toda atención, justamente

como actos de confesión, siendo todo

cuanto son. Únicamente abriendo

sus alas, se ponen en acción, patente

de ser que apenas les miras, su frente

te lanza la más bella canción, cuando

no la mayor interrogación, en justa

relación a su historia y razón.

Como el mejor amigo, su argamasa,

pese a tus abandonos, esta presta

a soldar tu acción, obra revelación

al instante que tus ojos le traspasa.

© Jcb

Nuestros actos

Tus actos, mis actos, denuncian nuestro

ser, nuestro hacer, todo cuanto somos

se manifiesta por medio de nuestros

comportamientos y palabras, castro

que siempre debes fortificar, centro

de todo ser. Preservar y crecer, acentos

de aquello que nos ha hecho diestros

en pruebas de nuestros ancestros, arbitro

de cuanto hemos heredado y creado

desde nuestra propia idiosincrasia, lo

que es nuestra mayor individualidad,

el talante y nuestro personal ser, todo

aquello que nos da a conocer, estadillo

de nuestra razón y reflexión en unidad.

© Jcb

XII

Forja tu vida conforme a tus propios

principios, sentimientos y proyectos;

que tus deseos sean los aciertos

de ilusiones, nacidas por acopios

de razón y reflexión con principios,

donde los programas sin abatimientos

sean hijos de tu vida interior; actos

de floración, convicción sin apremios.

Las esperanzas, son quimeras, aprecios

de valoración de vida y sus aceptos,

donde el yo germina sin atavíos.

La vida es horizontes de asedios

con pasión, ráfagas de alegretos,

con amores y dolores binarios.

© Jcb

Superando el "Yo"

Para superar el “yo”, sólo precisas

voluntad y decisión ejecutiva,

valores que jamás, ni por asertiva,

deberás abandonar, lo que perderías

si lo hicieres, es la razón, quedarías

al socaire de los vientos, negativa

jugada de ley por tu ser, apelativa

de pírrea valoración de ganancias.

Franquear el ego, tiene soporte

de inteligente sensatez del saber,

ser uno para crecer en el plural;

no es renunciar a tu ser, es norte

y concausas de tu libre ascender,

bien cultural de valor prior general.

© Jcb

Aromas

Las flores del valle presentan colores

y olores singulares, su fragilidad

es propiedad de su vida y bondad,

su enclenque salud son los primores

de su balsámica fragancia, amores

que despiertan sus efluvios, unidad

en libertad de las boyas, cual debilidad

de su esencia frente a sus amantes.

Los aromas de la vida, son astillas

que brillan por su propia agregación,

percepción de libres vivencias aladas.

Acuñación de certezas y apostillas

soñadas, con mochila y oloración

personal de las emanaciones dadas.

© Jcb

La batalla de cada día

La batalla de cada día, es aquel

trecho de lugar y tiempo que debes

ganar en cada amanecida, creces

en cada disputa, es lucha del lebrel

que debes vencer en todo desnivel,

sus resultados serán los bastiones

y adjudicaciones de los halcones,

responsables de la lucha en el túnel

de la vida, quien con orden y medida,

en cada salida y anochecida,

origina toda construcción del yo.

Tiempos y espacios, gesta admitida,

del ego que busca anudar ardida,

para distinguir los símbolos del yo.

© Jcb

El brillo de la Verdad

El brillo de la verdad no tiene buzón,

se basta por sí sola sin mayor razón,

su aditamento es decisión, salazón

de unidad por honorabilidad, calzón

que gobierna con hermosura en sazón,

donde la humanidad otorga su punzón,

cual bastón de diligencia con tizón

exige toda verdad en viva voz;

quien diligente saluda su armazón

de vertical educación sin cerrazón,

por la ilusión de toda la tribu; dulzón

misión que suma y valora el tazón,

que con juicio y ánimo, sin caperuzón

extiende sinfonía de comunicación.

© Jcb