domingo, 13 de octubre de 2019

EDUCACIÓN, INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y CULTURA





Educación e instrucción pública son la suma del triángulo perfecto que cierra la cultura, la que da fe del ser de cada cual y la sociedad en su conjunto. Cultura es el sedimento y, como tal, el néctar de la vida individual y colectiva.

Las gentes tejen, los pueblos conforman y ordenan las individualidades, generando lo plural dentro de lo singular, patrimonializando con ello, la instrucción pública.

La cultura como señas de identidad de lo singular, genera lo plural, cual sesgo creador de distinción colectiva. Así, la cultura es la expresión fáctica de lo singular y lo plural, conformando a su vez, la unidad plural de la población.

Por tal, toda vez que la educación es expresión cierta de la tribu y, dado que, la instrucción pública genera la formación cierta de los individuos, la suma de ambos, en el seno de la colectividad, genera la ciudadanía cívica, siendo la ética su razón de ser y estar.

Tanto desde lo singular o particular, como de lo plural o colectivo; la educación y la formación transitan desde la cuna hasta la piedra sepulcral, siendo la cultura el manto que diariamente cubre la vida de la individual y lo colectivo.

Para tal aventura sólo hace falta compromiso cívico individual y colectivo. Siendo las instituciones públicas las que ponen los medios y la juramentada responsabilidad, dando alas a los individuos y los colectivos socialmente cívicos.

© Jcb