Yo
quisiera que cada día que nace,
fuere
mejor que el anterior,
mas
se que ello no siempre puede ser,
surgen
razones, individuales y colectivas,
que
se oponen a tal desiderátum.
Aún
así, es perentorio
que
en todo tiempo y lugar, brillen las flores.
Es
menester que la luz ilumine a las gentes,
y
que la paz sea un hecho constante en sus vidas.
Que
el trabajo no falte a nadie,
que
la salud, sin solución de continuidad,
sea
un hecho perenne de la vida humana.
Que
la instrucción pública de cero a treinta años
sea
un derecho irrenunciable, para que la formación,
sea
indubitable el resto de sus días.
Que
las gentes todas, cualquiera que sea su ocupación,
sostenga
su vida individual y colectiva.
Que
el civismo ético, sin menoscabo alguno,
sea
un hecho fehaciente todos los días de la vida de las gentes,
ya
en lo individual como colectivamente.
Que
con cada mañana nazcan centenares de flores
que
embellezcan la luz de cada día y,
con ello, las gentes sean felices y,
generen felicidad en todo su rededor.
©
Jcb