domingo, 9 de junio de 2019

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Pese a mis desvelos, dudo que pueda llegar a tiempo,
ciertamente que lo deseo,
pero he de reconocer que el armario de mi yo,
goza de mucha flaquezas.
Cualquiera que sea mi final,
deseo poder llegar a ver a mis “rapaciños”,
atados a sus raíces y dispuestos a levantar vuelo,
con la mejor de las preparaciones posibles.
En la medida de mis posibilidades,
sin duda, a ello me dedicaré el resto de mis días.
La educación de su tribu y la instrucción pública,
les forjará y concederá los contrafuertes de su ser y razonar.
Es mi deseo que ese ser y ese razonar,
sea absolutamente ético,
en todo tiempo y lugar,
lo que les proporcionará un lugar
ejemplar entre sus conciudadanos.
No hay ciudadanía sin ética individual y colectiva.

© Jcb