Tu navaja frente a la mía,
nada tiene que decir,
ella tiene su razón,
igual que la mía tiene su corazón,
ambas son, con distinta decoración,
ésta nada importa,
lo que cuenta es su justicia,
la causa que una y otra aloja en su ser,
tanto como su querer.
He aquí la cuestión.
Tu navaja y la mía,
tienen la misma sensatez,
el mismo arrojo del ser,
facilitar la vida del paisanaje
en la hora et labora,
del nacimiento a la muerte,
inclusive decorar de belleza del paisaje,
cuando el galán va de traje,
luciendo en el ojal el valor
artesanal del buen laborar
© Jcb, 05/2013