Propuestos a desacoplar servicios
del sistema público
a fin de desabastecer necesidades
ciudadanas, produciendo
con ello el derribo de los
derechos públicos de los ciudadanos.
Como individuos desabridos, con
absoluto desacierto, incluso intencionado hacer,
se dedican a derrochar, con desafío
a los titulares del derecho público, cual
no es otro que aquel que marca la Constitución.
Es pues de absoluta urgencia,
antes de llegar a la total depresión,
depurar responsabilidades y sin dependencia alguna,
desorbitar a todos los responsables de tal corrupción.
Son probados trileros, que sin menoscabo alguno
se han dedicado a jugar con el bienestar de las gentes
y la economía del Estado,
haciendo perder a quienes no han jugado.