Noventa y Cuatro
Noventa y cuatro años ha,
que a la Tosca llegastes ya.
Con cantos y flores te recibieron.
La hierbabuena en la ventana,
olorosa la tenías todos los días.
La casa era un manantial
dentro del pedregal.
No existía gran comodidad,
pero en familia se podía estar.
Una gran familia que, dentro de la estrechez,
supo hacer y estar y, a la prole criar.
En la cuadra, el ganado caprino está,
hay que sacarlo a pastar,
no importan los chuzos de punta o el barrizal,
hay que ir y hacer lo que es menester.