domingo, 15 de marzo de 2015

Camino






Cualquiera que sea la orientación
el camino a recorrer, siempre es
personal, esfuerzos de aprendizajes
donde todo vivir tiene su construcción.

Toda la vida es justificación,
pura armonía de individualidades,
esfuerzos que exige dedicaciones
personales de autoregulación.

Todo trayecto demanda batallar,
las ocupaciones no faltan; vivir
demanda reciprocidad: dar/recibir.

Tal andadura precisa saber brillar,
gozar en medio del pedregal, hervir
con dedicación por la razón de vivir.



© Jcb




jueves, 12 de marzo de 2015

Morir de viejo





Para morir de viejo,
tu empeño diario debe ser,
sin cese alguno,
la actividad física y mental;
permanecer activo,
como si toda tu vida gozases
de la lozanía de juventud.


© Jcb


domingo, 8 de marzo de 2015

Chalupa





Con su chalupa serpentea las aguas
bravas, tras su búsqueda de la verdad,
el chamizo le da cobijo, en abundad
con camastro de cañizas menguadas.

El viejo chamán se cubre con ascuas,
en la fría noche, su chamal en acodad,
le protege del frío, la lluvia con bondad;
su vieja racial son lunas adosadas.

Su colorido chamanto, es opción
de segunda elección, chambergo
que le proporciona mejor posición.

La vieja chambra de su anciana madre,
no es solución, las aguas la postergó,
a mero remedo de la habitación.



© Jcb



martes, 3 de marzo de 2015

Desde mi balcón








Desde mi balcón gozo de las puestas
de sol que quiero, toco y me embriagan
los frutos del limonero, que alagan,
como almendros en flor mis coletas.

Frutos naturales para mis ballestas,
espacios señoriales que enjuagan
la vida interior, quien conforman y atan
tiempos de paz y amor con boletas.

Vigencias y espacios que requieren mi ser,
gozos de bien que todos debemos tener,
sencillos como el querer y el bien hacer.

Predios materiales e inmateriales
que preñan nuestros costales, por mecer
la vida/novela con dulce aprender.



© Jcb



lunes, 2 de marzo de 2015

Hijo de su tiempo






A Agustín Ortíz Herreros



Si acudo a mi memoria, me encuentro
con la rudeza del tiempo y el lugar,
todo era, como cualquier otro espacio, carente,
las más de las veces, hasta de lo más básico.
Todo era, como hoy, hijo de su tiempo y sus circunstancias.
Las limitaciones eran palpables,
con consciencia y sin ella, como hoy,
todo era hijo de su tiempo, lugar y el manto negro,
que la noche de los tiempos extendió sobre los más.
Aún así la negra boina que todo lo cubría,
era y sigue siendo, un sobretodo pesado y gris,
que, de ninguna forma permitía entrada de luz alguna.
Para correr las cortinas, se precisaba, como hoy,
tiempo, voluntad e intelecto.
La remoción era necesaria, el deseo de bien y mejora,
era presente en todos los actos y razonamientos.
Como siempre ha ocurrido, sólo una minoría era
la que estaba al frente de las cosas,
la que “tiraba del carro” de esa mejora y crecimiento social,
ello aún, las más de las veces,
en contra de quienes tenían la “batuta”.

Hoy, cuando echamos mano a la memoria
y miramos por el “espejo retrovisor”, vemos que así era y,
que por desgracia sigue siendo,
inclusive en la nuevas generaciones.
Todo ello sigue siendo “hijo de su tiempo”,
del “manto negro” de la “noche de los tiempos”,
que todo cubre y justifica.
Es la carencia de evolución mental y,
por ende revolución social,
lo que no significa sangre y dolor.


© Jcb



sábado, 14 de febrero de 2015

Artesano del Yo





A Françes Isidre Salvador Yuste
In memóriam



Como alfarero de todo tu mejor
“cacharro”, te debes a la elección
más brillante de artesano por opción,
ser único constructor del yo por valor.
Tu yo requiere barro de clase primor,
cual artesano de calidad en acción,
quien formula armonía sin rendición,
pulcritud crisol de empleo primor.
Singularidad y perfección, objetivos
de orden al punto de todo encuentro,
por ser modelador directo de tu yo.
Cual artesano alfarero del nos,
tu ética es pieza singular del yo,
sin fin, materia prima a modular.


© Jcb



miércoles, 17 de diciembre de 2014

Honestidad





A l@s libres just@s


Tu honestidad te hace ser justo,
te conduce por la recta empatía,
te lleva por el camino de la ética,
donde la verdad es todo decoro.

Tu honestidad, razón de recato,
cuya reciprocidad es armonía,
cual pudorosa luz de la decencia,
es la nobleza de los actos código.

Tu honradez te guía con toda razón,
donde la simpatía no es ajena
a toda tu sincera coherencia.

Tu honestidad es alto recato,
cualidad de la bondad que serena
toda humanidad hecha decencia.


© Jcb