La mentira arrastra una gran tormenta,
que cuelga en el rostro del mentiroso,
aquella etiqueta es infierno ansioso,
sin fatiga y sin brasas se alimenta.
Esclavo
de su vida y vestimenta,
sin sufrimiento anida temeroso,
viendo la ciénaga de su afrentoso
hacer, por el rescoldo que apacienta.
Toda
mentira es maldad en estado
puro, cuyo tipo la trueca con
miseria humana, de tintes oscuros.
Paupérrimo
proceder de ahorcado
e ilustrado animador, asturcón
con cicatería es queja extramuros.
©
Jcb
Soneto perteneciente a "La fuerza del débil" de futura publicación