A Wilfredo Baixauli
Hay cosas que no precisan lugar
para custodiar, sí para sentirlas,
vivirlas y haciendo la cuenta unirlas,
y con el tiempo ganar su allegar.
El común de las voces tan vulgar
cual la vida misma, ya que batirlas,
es transitar en silencio y observarlas
como humanas virtudes a abrigar.
Son sensaciones de gozo y pasión,
razón y reflexión por esa forja,
que ayuda e inicia al libre pensador.
Cálida penumbra, silente acción,
donde transite el amor y converja
la meditación de un firme aguador.
© Jcb
Perteneciente a "Oleadas de la vida", de próxima publicación