El poeta en cuanto interprete de su ser,
observa su tiempo y espacio, cual metro
de subjetividad, sin huir del cetro
y razón de ora et labora en su recoser.
Con pluma y papel enjuicia el abastecer
de su mundo interior, que por entero
transmuta en exterior cual alfarero,
que adapta su reflexión sin desfallecer.
Valora y toma partido por todo
cuanto le acontece a todos sus mundos,
nada le es ajeno y con ellos vive.
Su compromiso son las gentes, nudo
y razón de ser, cosmos abrazados
e inherentes en los que él adjetive.
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