El
paso del tiempo es inexorable,
a
todos nos alcanza, nos regula,
nos
mide y coloca, nos matricula
y
encasilla, a veces de forma innoble.
Transitamos
sin conciencia, en el cable
de
la energía, marchamos con nula
protección
de generación, brújula
que
infravalora todo lo aceptable.
Sólo
el otoño de la vida aprecia
la
dejación y los tiempos perdidos,
sueños
no alcanzados son vigor huero.
El
tiempo a todos nos toma alternancia
como
medida de nuestros cuidados,
las
vivencias son la vida en llavero.
©
Jcb