Si
lloras las lágrimas te impedirán ver la luz del sol,
la
belleza de una noche estrellada, así como,
la
hermosura que la naturaleza te ofrece cada día.
Ahora
bien, si actúas y razonas con frialdad,
tus
congojas las podrás revertir.
Por
tal, reflexiona, pondera y valora que y por qué
te
lesionan, limitan o entristecen.
Sólo
tú eres dueño de tu caminar,
Tu
libertad está sujeta a tu yo y su dueño eres tú.
Toma
las riendas del carruaje de tu vida;
inconvenientes
y egoísmos externos
siempre
te los vas a encontrar, no obstante,
no
olvides que en todo momento,
el
timón de tu vida lo tienes tú.
Tu
camino puede ser ligero o tortuoso,
pero
es tu camino, el que sólo tú puedes y debes andar,
te
pueden o no acompañar en tal andadura,
pero
tus pasos nunca serán los de tu acompañante.
Cada
cual tiene que hacer su personal viaje.
©
Jcb