Silencio,
uno de los más bellos actos
que
puedes observar como conducta,
procura
que aquel sea obra de docta
ciencia,
hija de la razón con afectos.
Advierte
tu talante y sus conflictos,
su
fin, que la reflexión sea estricta,
donde
la resistencia dé selecta
cuenta
de tus humanos intelectos.
Nada
puede ser ajeno a tu juicio,
él
debe presidir, justo, a tu modo,
las
verdades más ciertas en libertad.
Tus
alas de vuelo, sin armisticio,
son
para volar en justo acomodo
de
tu libre albedrío y su lealtad.
©
Jcb