Mi
barca no tiene velas, le falta
el
timón, sus remos están desgastados,
aún
así, su navegar son soñados
remontes
que alzan la vía más resuelta.
Mantiene
la ciencia más desenvuelta,
aquella
que genera espacios amados,
donde
todo vivir son entorchados,
hazañas
de la vida más esbelta.
Mi
navegar es liviano, mi frágil
velero,
no soporta grandes vientos,
las
tormentas le hacen zozobrar.
El
galeón me acarrea, niega ser púgil,
acepta
las tormentas sin contentos.
Poseidón
está al confín para encumbrar.
© Jcb
La imágen que acompaña al presente poema, es propiedad del acuarelista don Mariano Mosquera Mata, con residencia en Carcaixent (Valencia). A quien agradecemos el préstamo.