lunes, 23 de abril de 2018

Las Horas vividas





A Juan Luis Quevedo Seco,
amante del pupitre y la honesta pulla verbal.


Muchos son los días muertos, cuyas horas
vividas, no me llenan de contento,
pues, por muerto, es malogrado el recuento,
en calendario viviente de ataduras.

Pletórica pasión de amor, mordeduras
que sufre el culto sin sexo despierto,
dormir no quiero por mi descontento,
de amanecer sin sus abolladuras.

Al acecho quedo tras mi amanecida,
que aliento de su existencia, es la llama
de vivencias que dan fe de la vida.

Husmeando el día atisbo la abastecida
mañana de nuevos juicios, calmada
aurora nueva, dichosa madrugada.

© Jcb