Nada
te es ni me es ajeno, la
vida
es una constante suma de
vasos
comunicantes, ella cunde
por
mor de la relación que vincula;
la
sana trabazón personal, vela
por
lazos constantes que aborde
la
unión y revisión, donde abunde
el
vínculo que por razón anilla
a
las personas, sea por linaje
o
enramada, decorando la relación.
No
hay comunicación sin libertad,
recíproco
equilibrio, arbitraje
y
coherentes deseos de acotación,
cual
deslinde de la razón con verdad.
©
Jcb