Los
susurros de mi interior sólo son míos,
por
tal responden a mi ser, son hijos
de
mi razón, de mis sentimientos, alojos
de
reflexión, cortinas de acopios,
alardes
de emotividad, adagios
de
mis cantos en soledad, anejos
de
mi interioridad, por mis atajos,
estímulos,
de vida, soplos folíos.
Mis
susurros son afectividad, bríos
de
mi hacer, de mi vida sus calcios,
alabanza
de eternidad, artejos
de
una existencia preñada de cirios,
que
ilumina los senderos cimeros,
cuyos
cruces vitales son aparejos.
©
Jcb