En su arribada, los infantes llegan
como página en blanco, tal desde
su nacimiento, los escribanos que
grafían en ella, por su amor legan.
Por tal en su crecimiento despegan,
todo su saber y hacer, acude
en protección y promoción que borde
hidalguía y perfección que albergan.
Son os rapaciños de los mayores,
herencia a desarrollar, que madre
pone alas de oro y brillantes.
Piedras preciosas por ellos pagares,
con crecida, dicha en paz guardare,
por tal vida, su libertad acates.
©
Jcb