A todos los infantes,
muy especialmente
a "mis infantes".
A ti, “niño yuntero” o no, quiero
en todo momento verte libre, con
cuaderno y lapicero, por razón
del amor a tu vida cual naviero.
Soberano por reflexión sugiero,
tal como mariposa en tu balcón,
que toma vuelo y color tras arcón,
brillando por si, a ello te confiero.
Desde la libertad y el respeto,
construye día a día tu propio
yo, con él deberás vivir y gozar.
La vida es misión, emancipación,
sueños y superación, fraternidad,
paz y amor, unidad en la acción.
© Jcb