Hay cosas que no precisan lugar
para ser guardadas, para sentirlas
y vivirlas; lo que cuenta es unirlas
por tiempo y espacio para allegar.
La mayoría de las veces vulgar,
como la vida misma, por batirlas,
transitarlas en silencio, atacarlas
con las virtudes humanas, abnegar
las sensaciones de gozo y pasión;
razón y reflexión de toda forja,
creación merced de libre pensador.
Cálida penumbra silente en acción,
donde transite el amor y converja
deliberación cual firme avivador