El último de la saga fue él, a Camas fue a nacer.
El tres de mil novecientos quince,
Alfonso llegó y, a su hermano Pedro
de la mano tomó, no por mucho tiempo,
las circunstancias pronto les separó.
Lugar natal que nunca visitó y jamás olvidó
La vida por sucesión, en mayo toma procesión,
llega Caridad que el veintitrés de 19 cincuenta y uno,
toma el testigo de nominación, por razón,
con la precedente, sujeto distinta es.
Para cerrar el quinteto Benita trae el contento,
fue el diecinueve de 19 cincuenta y cuatro,
que a la menuda, de azulados ojos, con pañuelo anudado,
hierbabuena en la ventana, llena de peras el cuarto,
con grandón al tanto y de cabra leche en el cántaro.
Corre el tiempo y, en tercera generación
llega la mayor de completa denominación.
Caridad, una más, el veintiséis de 19 setenta y cinco,
dejándose alcanzar en 4ª alternancia su sello dejará.
Por hilera sucesión, Víctor toma el testigo,
cinematógrafo de razón, cierra el zurrón,
catorce de 19 ochenta y dos, canta canción,
de belleza resplandor, solo de a dos.
Los colores se apagan, los grises se oscurecen,
la vida cierra ventana de Santanica, toda prolongación.
Joaquina el 25 de dos mil cuatro dice ¡adiós!,
crea vacío, deja dolor, produce herida,
que jamás tiene curación, tiestos sin cuidador.
Aún por rotación la sima no toma color.
Cadena toma eslabón, llega Javier,
primus inter pares de 4ª generación,
chaval de belleza de natural, siete
de dos mil seis, singular aplicación;
crecimiento en seca planicie, vega y mar,
cilíndrico para triturar producto del lugar.
Jcb