“Siempre es distinta el agua
que pasa bajo el puente”.
Pedro José Moreno
Me miro al espejo y aprecio mudanza
mi pelo ya no es mi pelo su fuerza
ha menguado, mi cara me refuerza
las sumas y restas de la balanza.
Esos contrapesos son la cobranza
del vivir como la cuádruple alforza;
mi cara y su terso brillo no almuerza,
se adapta el cuerpo a la quebrada y fianza.
El cimbreante espejo acondiciona
los límites de traslado y firmeza
del sujeto que se expone a visión.
Son campos de incertidumbre que acciona
melancólica tonada de fuerza,
cuyo ritmo es río de vida y acción.
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