Dos son los elementos que se pueden
palpar y que el hombre en todo momento
intentó modelar a su contento;
la tierra y el mar sigue siendo su gran desdén.
La tierra y el mar es sustento, desprenden,
pese a los azotes, su acercamiento,
donde el hombre ha impuesto cercenamiento,
con menosprecio en medios que le exceden.
Del hombre la tierra es su gran cobijo,
fue su medio de vida, progreso y extensión,
donde todo le ha sido, y es, pese a su altivez.
El mar, para el hombre un gran amasijo,
del que ha extraído, con gran daño y colisión,
todo cuanto encontró, rapiña una y otra vez.
A la tierra y el mar ya que te alimentan,
debes protegerles, en su cuidado va tu vida y su razón.
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