domingo, 10 de febrero de 2019

LXXIV





Toda voluntad del ser es su estado,
sabiendo aunar razón e inteligencia,
madurando justa verdad y ciencia,
para un columpio que el tiempo ha escarchado.

Por su regreso jamás fue manchado,
su estar fue cimentado, su sapiencia
siempre fue de unidad, con la sustancia
debida, voluntad de enamorado.

Apagada la calma, silenciada
la voz, toma brío y conocimiento,
es memoria cuya belleza vive.

Sus evanescentes razones nada
dicen de la historia y, el abatimiento
de su adolescente ser es declive.

© Jcb