Toda
alborada estaba en mi
verdad,
mi individualidad, mis sueños,
mi
disciplina interior y sus aledaños
que
licencian toda acción, imprimí
mi
fuerza de voluntad, donde suprimí
toda
instrucción propia de los peldaños,
que
minan la razón que dan los años,
donde
la maduración, es esa, mi
unidad
de acción, abrigo, floración,
filtro
de la gestión de todo mi yo,
senderos
de la excelsía que busca
mi
reflexión de pulcra observación,
al
servicio de la unidad, capisayo
donde
confluye toda mi barrica.
©
Jcb