El deseo de lo mejor, me llevó a la utopía
y ésta me depositó en la triste realidad.
En cada instante espero su abrazo,
su luna de miel. Su paz interior, gozosa de ver.
Su ausencia me asfixia, anula mi ser.
Las sombras de hoy, son los frutos de ayer.
Cierro los ojos y la veo como es:
puntillosa en el ver, sensible en el ser.
El silencio cala mis porosos huesos,
más que el agua de ayer.
La elegancia suprema de rosa roja de mi ser,
ella es flojera de mi querer,
abundancia primaveral,
que al verano se va.
Conquistas de ser, glorias del estar,
capacidad para en extremos amar,
por la baldía tierra de la admiración,
ella, a veces, paga con dolor y sin razón.
Tristeza de corazón que no ganan por reflexión.
Elegancias supremas las rosas de mi jardín,
que hacen sufrir como una espiral sin fin.
Dichosas son las rosas de mi dolor,
sin termino les quiero yo.
© Jcb