I
Los laureles llegan con los claveles,
rosas eternas en el mar.
II
Nada le detiene. Se para y reflexiona
ante lo desconocido.
III
Amanuense medidor celebra calibrador,
ojos de soñador.
IV
Su menor edad defensora le convertirá,
de su hermano zagal.
Sombra de mis lunas
que conmigo vas,
cuídalo con esmero.
Nobleza que engalana
la torre de marfil que
disfruta. Estancia natural.
VII
Gruta que el mundo escondes, mira
el resplandor de su luz.
VIII
Brilla con propia luz, con medida y nobleza
eleva su humana riqueza.
Jcb